lunes, 15 de agosto de 2016

Desahogos

¡Hola blogueros! Supongo que la mayoría ya habréis visto mi entrada anterior en la que hablaba sobre mi fantástica semana en mis clases de surf de verano...

Esta semana quiero desahogarme de algo que me está pasando muy a menudo en estas vacaciones:

" Han tenido que pasar muchos años para que se cumpliera mi mayor sueño. Ahora tengo 18 años y ya soy un adulto, sin embargo mis padres todavía me siguen tratando como un niño.... No importa cuan mucho me esfuerce por ser (o parecer) una persona completamente madura. Siempre que lo intento acabo pifiándola a base de bien por algún pequeño detalle, que más de una vez termina desencadenando una pelea entre madre e hijo o entre padre e hijo. Sigo pensando que mis padres no tienen confianza en mí cuando les digo que voy a conseguir mi sueño de conseguir el carnet de conducir, irme a vivir a Galicia y formar mi propia familia a los 30 años....
Snif... Nunca tendré esperanzas a la hora de encontrar el amor. No hay remedio. Moriré solo rodeado de gatos.





Tal vez no lo sepáis, pero para mí una persona realmente madura y adulta debe cumplir esta serie de reglas o cumplimientos:

- Cuando uno empieza a ser mayor de edad no tiene que obedecer obligatoriamente a sus padres, sino dejarse llevar por su propio criterio. Y si no lo tiene, intentar encontrar por sí mismo el camino correcto...
- Un adulto no replicará a nadie, salvo cuando él lo crea conveniente, después de haber pensado racionalmente.

- Siempre (o casi siempre) debe dejarse llevar por sus instintos (sean buenos o malos); al fin y al cabo descendemos de los primates ¿no?

- Un buen padre y una buena madre siempre apoyarán a su hijo en sus sueños y esperanzas, por muy ridículos que parezcan.

- Un adulto no piensa igual que otro: Cada uno tiene su propio grado de madurez, dependiendo de sus pensamientos y opiniones y de la manera de la que fue criado... Y eso los padres lo tienen que valorar (deben saber que todos somos más o menos maduros en todos los aspectos. Otra cosa es que cada semilla no tarde lo mismo que otra en germinar).

- Si un adulto hace algo mal, sus padres no le corregirán ni le reñirán; esperarán pacientemente a que actúe él, sean cuales sean las consecuencias (siempre es mucho mejor aprender de los errores que comete uno mismo que de los sermones que te dan tus padres).

- Si un adulto tiene demasiadas discusiones con sus padres (que es mi caso), podrá solucionar los problemas con una tregua, o haciéndolo a su manera.

- Un adulto debe construir sus metas poco a poco, sin hacer caso a la presión de sus padres.

- No todo el mundo necesita el mismo tiempo para madurar.


Y.... espero que os haya gustado esta entrada... Me despido hasta la próxima semana :)


No hay comentarios:

Publicar un comentario